Los grandes comunicadores cuentan historias.

En un escenario donde sobran los medios y comunicadores, vale la pena preguntarse quiénes sobrevivirán.

Hace algunos años, veías o escuchabas al locutor que te ofrecía, o te imponía, el medio… no había más. Hoy navegas en un mar de contenidos, miles de conceptos, opciones y comunicadores que se pierden en el gris de su repetición o en sus ganas de comunicar, quien sabe qué.

Todos estos locutores, animadores, presentadores, etc. son diferentes,  pero hay algo que hace que los grandes comunicadores se parezcan:

  1. Tienen fuertes opiniones.
  2. Son divertidos.
  3. Suenan seguros y convincentes al aire.
  4. Tienen grandes cosas que decir, pero sobre todo:
  5. Son grandes contadores de historias.

Ahora, no siempre te encuentras de estos…

Para mantener a la audiencia no basta con tener el chiste de moda, la ocurrencia del día, recitar las mismas frases: “Bueno pues”, “Y bueno…” o repetir la información que todos traen… Es necesario distinguirse, entre tanta oferta de entretenimiento.

Prueba contar historias. En verdad, mantener a la audiencia requiere de grandes contadores de historias.  Los que dominan este arte comparten e interpretan experiencias y logran hacer que la audiencia se sienta implicada, que sea capaz de vivir la historia en su cabeza, que se sienta inspirada y, por lo tanto, recuerde la historia perfectamente. ¡Ni que decir de la conexión emocional que se logra comunicador-audiencia!

Las historias que se recuerdan con facilidad y crean profundos lazos emocionales, son vitales en los medios.

En el siguiente artículo queda claro que los consumidores desean más conexión personal a la hora de buscar información. Y se explica claramente como el cerebro humano se muestra más activo con una narración que con cifras frías y sin contexto. Cuando se trabaja con datos, sólo las partes dedicadas al lenguaje en el cerebro se muestran activas. Pero cuando se lee una historia, no sólo se activan esas zonas, sino que lo hacen igualmente otras partes que usaríamos si estuviéramos directamente experimentando la situación que estamos leyendo, es decir, es como estarla viviendo.

Contar historias es una verdadera ciencia. Quienes cuentan historias y, lo hacen bien, aseguran una carrera larga como comunicadores y generarán una audiencia adicta y eterna.

“Our greedy little brains are hungry for a good story, so if you want to make the sale, forget the data and make a personal connection”.

Rachel Gillett

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